jueves, 16 de enero de 2014

LOS HUNOS. Y los neoliberales.



Los Hunos fueron una confederación de tribus euroasiáticas que se convirtieron en uno de los mayores ejércitos del mundo antiguo, bajo el liderazgo de Atila, rey de los Hunos atemorizaron al planeta, tanto que éstos magníficos jinetes consiguieron dejar la leyenda de que, “por donde pasa el caballo de Atila no crece la hierba”.  

El porqué de esto, es el paralelismo entre los Hunos y los neoliberales, el paso del caballo de Atila “provoca” que no vuelva a crecer la hierba en las regiones por las que pasa  y por donde gobierna un neoliberal es muy complicado que vuelva a existir un estado de bienestar, con el mismo número de garantías sociales.

Los Atila de nuestro tiempo no son pocos, Margaret Thatcher, Ronald Reagan o incluso Esperanza Aguirre en versión española que han empleado la base liberal, ideada por Hume, Montesquieu o Adam Smith para llevar a cabo unas practicas extremistas del capitalismo.

Como nota histórica el liberalismo era hegemónico en Europa a finales del s. XIX que entra en crisis con la Gran Guerra y la Gran Depresión y fueron el socialdemócrata Roosvelt y su New Deal quien resucitaron al planeta con los políticas intervencionistas basadas en las ideas de Keynes, pero el liberalismo se radicaliza y vuelve con más fuerza que nunca en la segunda mitad del s. XX “los neoliberales”.

Esas ideas son paralelas al caballo de Atila, el neoliberalismo ha acabo y quiere terminar como misión con el Estado del Bienestar pues el Estado no debe intervenir en la vida de los ciudadanos. O por lo menos no, mediante políticas sociales por medio del gasto público.

Pero las ideas liberales no se quedan en reducir gasto publico también consisten en desregulación del sistema normativo, es decir, toda aquella norma que vaya en detrimento de los beneficios empresariales, debería ser suprimida, como son la regulación laboral y todo acompañado de las continuas privatizaciones.

La visión puramente liberal del Estado democrático para que lo entendamos, es que la ciudadanía sea participe en la vida política del país si así lo desea, pero que pese a su no participación, éstos tienen una serie de derechos fundamentales, como son la libertad de expresión, la de asociación, el derecho a la vida etc. Y niegan la necesidad de uno derechos sociales tales como la educación o la sanidad, los ven secundarios pues si entendiesen que las garantías sociales son necesidad primordial para que exista democracia, es decir, para que un Estado sea democrático debe favorecer un clima de participación de la población, no obstante si un ciudadano no tiene prestaciones sociales, como son la educación o la sanidad sus preocupaciones van a ser esas y no el si participar o no en la vida estatal.

Es un ejemplo simple de la pirámide de las necesidades de Maslow, para llegar a una fase siguiente debes tener cubiertas tus necesidades fisiológicas. Nadie que no tiene para comer piensa en que la gente le tenga estima.

Quien lea eso, pensaría; ¿Y la gente con pocos o ningún recurso? Claro la respuesta que nos darán los liberales es preciosa y es que a nadie le ira mal, porque los mercados se autorregulan por la mano invisible y no habrá gente pobre. De hecho aumentara la renta personal disponible pues si creamos un marco favorable al empresario, el mismo contratara más, pagara mayores salarios y todo será “una tómbola de luz y de color” de la que nos hablaba Marisol.

La pregunta es obligada de nuevo; -¿Cómo logramos ese marco señores neoliberales?
+ Sencillo, facilitando el trabajo del empleados. Por medio de reducción de trabas burocráticas, facilitar las relaciones entre empresario y asalariado sacando al Estado de esa relación, y por tanto eliminando conceptos como el sueldo mínimo interprofesional, la legislación laboral, calendarios y horarios, Seguridad Social etc. Olvidando que cuando el poseedor de los factores productivos se enfrente a uno trabajador, la balanza de la fuerza se suele posicionar a favor del primero.
Pero ese marco se puede hacer aún más atractivo, bajando los impuestos, eliminando empresas públicas.

Por todo ello, nacen las Revoluciones obreras, porque esas relaciones entre empleador y empleado siempre eras desfavorables al segundo, pero se dieron cuenta que tenían el arma más poderosa del mundo, la unión por un bien común, entonces más que nunca la unión hizo la fuerza, los obreros se unieron, se asociaron y surgieron los sindicatos, (en nuestro país la UGT es del s. XIX) aunque eran asociaciones ilegales, a la par de los sindicatos, partidos políticos obreros, (en España el PCE o el PSOE) que por medio de las huelgas y de varios instrumentos lucharon contra la opresión y el abuso burgués. Los movimientos marxistas y anarquistas se expandían como la pólvora, a lo largo y ancho del Viejo Continente. 

Y finalmente lo consiguieron, lograron alcanzar con incalculables sacrificios muchos de los derechos que hoy tiemblan. Llegaron a la clase política, otorgaron derechos, (sufragio universal masculino, hasta el s. XX que sería sufragio universal) a la colectividad social y a continuación sin apenas poder apreciarlo por el corto periodo de tiempo transcurrido, comienzan las garantías sociales para que fuese una verdadera democracia. Recordemos la impresionante inversión, (que no gasto) en educación durante la II Republica española.

Parecía haber llegado el fin del liberalismo económico una vez concluida la II Guerra Mundial y solucionado el problema que ocasiono el crack de la bolsa de Wall Streat. Y así fue hasta que llego el hijo del antiguo liberalismo burgués, el neoliberalismo. Llegaba a Europa y EEUU el caballo de Atila, de plumazos la recién fallecida “Dama de hierro” destrozaba la sanidad británica, a golpe de sonrisas de película y nunca mejor dicho, el ex presidente norte americano, privatizaba las empresas del país, practica que aquí en España llegada la democracia también se puso de moda.

Y ahí reside la visión neoliberal, poner fin al Estado del bienestar y que pague cada uno su educación y su sanidad. Y por el contrario aumentar los beneficios empresariales, acribillando el marco de derechos que hemos logrado con el paso de los años por medio de tanta lucha obrera.

Los ciudadanos debemos de soportar que nos quiten los derechos que durante tantos siglos nos han contado alcanzar y que tanto vamos a tardar en recuperar, que rechacemos a la sanidad, la educación pública, la dependencia  porque es un ejemplo de paternalismo jurídico, y que digamos adiós a empresas publicas en sectores estratégicos para que así aumenten los beneficios de los empresarios. El liberalismos al que nos quieren someter supone eso, despedirnos de derechos sociales, de igualdad de oportunidades, de legislaciones medioambientales o laborales y que nos privaticen hasta un bien esencial como es el agua alegando que el Estado debe dejar hacer, dejar pasar para luego acabar en los consejos de administración de las empresas privatizadas.

No podemos resignarnos a que nos digan que eso es lo mejor para nosotros porque para cuando nos demos cuenta, seguramente ya sea tarde. En Reino Unido después del paso del terremoto Thatcher, quedaron muy limitados sus derechos a una sanidad pública y aun no han conseguido reestablecer el sistema precedente, de ahí, que por donde pasan las políticas neoliberales es muy complicado volver al sistema anterior. Por donde pasa el caballo de Atila no crece la hierba.

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